viernes, 11 de mayo de 2018

PARASHA BEHAR - CUIDADO AL HABLAR

PARASHA BEHAR - CUIDADO AL HABLAR
Rab Shraga Simmons

La parashá Behar discute el tema de “onaah” – lastimar a otros. En Levítico 25:14, la Torá prohíbe dañar a otros en términos económicos, como por ejemplo cobrando precios más altos. Luego, en el versículo 17, la Torá prohíbe provocar daños con palabras.

Algunas personas pueden considerarlo poco práctico, alegando que “no se puede legalizar la moral”. Pero eso es verdad sólo en un sistema sin Dios. Si somos conscientes que Dios nos está supervisando, entonces las relaciones interpersonales también tienen un estándar de correcto o incorrecto. Por eso el versículo 17 concluye con las palabras “y debes respetar a Dios”.

El Talmud discute qué es lo que está incluido exactamente dentro de la prohibición de “dañar a otros con palabras”.

Una idea es que no debemos recordarle a otro su pasado negativo. Digamos que David era un soltero descontrolado que ahora se ha asentado y se ha transformado en un respetable hombre de familia. Él trabajó duro para dejar atrás los días de descontrol y sería vergonzoso, incluso doloroso, recordarle historias de su pasado.

Actuar de manera engañosa es otro aspecto de “dañar a otros con palabras”. Digamos que no estás interesado en comprar una computadora nueva, sólo quieres saber qué modelos nuevos están disponibles. Entonces te diriges a una tienda de computación y comienzas a hacer una serie de preguntas. El vendedor, por supuesto, cree que estás interesado en comprar, y a medida que se desarrolla la conversación, él se llena de esperanza de que tú finalmente comprarás la computadora.

Existe una suposición implícita de que uno entra a una tienda para comprar. En este caso tus preguntas están, de hecho, engañando al vendedor, a pesar de que no sea intencionalmente. En un caso como este, la Torá te permite satisfacer tu curiosidad en un negocio de computadoras, sólo si dejas en claro desde el principio que tu única intención es averiguar y no comprar.

A simple vista, se cree que engañar en términos económicos es más serio que en términos verbales. Pero la realidad es al revés. La propiedad de una persona es externa a él, sin embargo, los sentimientos son una parte esencial de la persona. Ser cauteloso con los sentimientos de la otra persona es, a los ojos de la Torá, una gran mitzvá que todos deberíamos tratar de cumplir.

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PARASHA BEJUKOTAI - ¿POR QUÉ SUCEDEN LAS COSAS?
Rab Shraga Simmons

En el comienzo de la parashá de esta semana se describe el fenómeno de "causa y efecto" en las acciones humanas."Si sigues las leyes, entonces tendrás abundancia... pero si rompes el pacto, tendrás intranquilidad...".

La idea de que "las elecciones son significativas" es tan fundamental para el judaísmo, que se expresa en el primer versículo de la Biblia: "En el principio, Dios creó el cielo y la tierra".

Ahora bien, hay dos formas de entender el origen de la vida: O es al azar, o fue diseñada.

¿Cuáles son las implicancias de este argumento?

Si el mundo es un accidente, entonces yo también lo soy. No hay ningún propósito en mi vida, no hay "conciencia" detrás de mi existencia. En un principio, cuando sólo había gases girando, ¿existía tal cosa como el bien y el mal? Evidentemente, no. ¿Existía el bien y el mal cuando se formó la primera ameba? Evidentemente, no.

En un mundo al azar, no hay jerarquía de valores. La vida humana no es más valiosa que la de un perro. ¿Debo salvar la vida de mi perro antes que la vida de un extraño? ¿Sería moralmente aceptable categorizar a un grupo de personas como "sub-humanos" y matarlos a todos?

Afortunadamente existe otro enfoque. Casi 4000 años atrás, un hombre llamado Abraham, hijo de un escultor de ídolos, meditó sobre las maravillas de la naturaleza. Observó como el sol marcaba el tiempo, producía calor, y evaporaba las aguas generando la lluvia. Él observo la simetría de una flor, la pureza del agua, el atractivo olor y color de una naranja con su capa protectora por fuera y su separación interna en gajos listos para ser separados. Él razonó: El mundo es perfecto en el diseño. La lógica dicta que debe haber un Diseñador.

Así Abraham se convirtió en el primer judío.