jueves, 30 de marzo de 2017

El desconocimiento no absuelve.

Shalom esta semana empezamos a leer el libro Vaikrá / Levítico 1:1-5:26

Comentario de la Parashá - Vaikrá:
El desconocimiento no absuelve

(Esta semana corresponde leer la parashá llamadaVaikrá ("Y llamó") que es la primera del tercer tomo de la Torá, el sefer Vaikrá, conocido en español como "Levítico").

En  esta porción aparece una afirmación rotunda:
aun cuando no llegue a saberlo,
será culpable y cargará con su culpa."
(Vaikrá / Levítico 5:17)

La sorpresa suele estar al enterarse que
aquel que peca a causa de su ignorancia,
igualmente es culpable del pecado que ha cometido,
y por tanto ha de enmendar lo dañado con su acción perjudicial
y/o recibir el justo castigo que le corresponda.

Muchos creen que el ignorante tiene una especie de tolerancia o licencia para equivocarse,
pero es tan clara y específica la Torá
que no deja lugar a dudas:
¡no es así!

Todos,
sabedores o ignorantes,
estudiosos o iletrados,
creyentes o incrédulos,
cercanos o lejanos,
todos
somos sometidos al estricto y preciso juicio por parte del Juez Supremo,
que es D-os,
y todos recibimos la compensación por la conducta que hemos tenido.

Esta realidad
en lugar de aparecer como un cuadro aterrador
que gira en torno a un Dios perverso, deseoso de venganza, irascible e inhumano,
¡es todo lo contrario!
Ya que  que estamos en un mundo de justicia,
 que no hay crimen que quede sin castigo,
 que no pasa ninguna buena acción sin recibir su merecido premio,
 que hay un sistema incorruptible que busca el equilibrio y la armonía,
 que finalmente impera lo que es justo, y no lo que es antojadizo, arbitrario o aleatorio.

Sabemos que somos los únicos responsables por nuestras acciones,
y por lo tanto, los inequívocos responsables de rendir  cuentas ante el Supremo Juez por aquello que hicimos bien, que hicimos mal, o que omitimos hacer.
Y de acuerdo a nuestras obras, será nuestro deleite perpetuo, o nuestro malestar o nuestro pasar indiferente...

De nosotros depende,
no de ángeles, ni de demonios, ni de salvadores milagrosos, ni de medallitas mágicas y nadie ocupará lugar de otro.
De nosotros depende qué tanto amamos a Dios como Él quiere(cumpliendo con los mandamientos que nos ha dado),
o cuánto es que lo estamos rechazando con nuestras acciones impropias(dejando de cumplir con Sus mandamientos, y/o siendo fieles a distintas idolatrías).

Como ya saben, por medio del estudio de la Torah se dan los pasos esenciales para adentrarse a la misión individual que cada uno tiene en la vida,
y de ese modo hallar el camino a la armonía personal, familiar, social y obviamente con Dios.

¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!

Yehudah Ben Avi