lunes, 3 de febrero de 2020

Tehilim 91-23-53-44-45-150


Tehilim 91
Tú que moras en el refugio del Altísimo, que permaneces a la sombra del Omnipotente, yo [te] digo de Adonái que es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios en quien confío, que El te salvará de la trampa cazadora, de la peste que destruye. Con Sus alas te cubrirá, bajo Sus alas hallarás refugio; Su verdad es escudo y armadura. No temerás el miedo nocturno, ni la saeta que vuela de día, la peste que ronda en las tinieblas, ni la destrucción que asola a mediodía. Pueden caer a tu lado [izquierdo] mil, y diez mil a tu diestra, mas a ti no se acercarán. Basta con que mires con tus ojos, y verás la retribución de los inicuos. Por cuanto tú [has dicho,] "Adonái es mi refugio", y has hecho del Altísimo tu asilo, no te sucederá mal alguno, ni plaga se acercará a tu tienda. Pues El encomendará a Sus ángeles, para cuidarte en todas tus sendas. Ellos te llevarán en sus manos, no sea que dañes tu pie con una piedra. Pisarás al león y a la víbora; pisotearás al leoncillo y a la serpiente. Por cuanto él Me desea, Yo lo liberaré; Yo lo fortaleceré por cuanto él conoce Mi Nombre. Cuando clame por Mí, Yo le responderé; con él estoy en la aflicción, Yo lo libraré y lo honraré. De larga vida lo colmaré y le mostraré Mi salvación.

Tehilim 23
Un Salmo por David: Adonái es mi pastor, nada me ha de faltar. En verdes praderas me hace recostar; me conduce junto a aguas tranquilas. El revive mi alma; me guía por sendas de rectitud en aras de Su Nombre. Aún si anduviere yo por el valle de la sombra de la muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado, ellos me consolarán. Tú prepararás una mesa para mí ante mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está colmada. Sólo bondad y misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y yo he de morar en la Casa de Adonái por muchos largos años.

Tehilim 43
Véngame, Dios, y patrocina mi causa contra un pueblo sin benevolencia. Ayúdame a escapar de un impostor y de la iniquidad. Pues Tú eres el Dios de mi poder, ¿por qué me abandonaste? ¿Por qué debo caminar en tristeza por causa de la opresión de mi adversario? Envía Tu luz y Tu verdad, ellas me guiarán. Ellas me traerán al monte de Tu Santuario y a Tus moradas. Para que yo pueda ir al altar de Dios, al Dios del placer de mi júbilo, para alabarte con arpa, Dios, mi Dios. ¿Por qué estás deprimida, alma mía, y por qué ansías de mí? ¡Espera a Dios! Pues aún Le agradeceré, mi salvación, la luz de mi semblante y mi Dios.

Tehilim 44
Para el Director del Coro, por los hijos de Kóraj, un Maskíl: Dios, con nuestros oídos hemos escuchado; nuestros padres nos contaron los actos que Tú realizaste en sus días, en los días de antaño. Tú, con Tu propia mano, expulsaste a los pueblos y los implantaste. Tú afligiste naciones y las echaste. Porque no por su espada ellos poseyeron la tierra, ni su propio brazo les ayudó, mas por Tu diestra, Tu brazo, y la luz de Tu semblante — porque Tú los favoreciste. ¡Sólo Tú eres mi Rey, Dios! ¡Ordena la salvación de Iaacov! Por Tu intermedio cornearemos a nuestros opresores; por Tu Nombre someteremos a nuestros oponentes. Pues no confío en mi arco, ni mi espada me salvará. Pues Tú nos salvaste de nuestros adversarios, y a quienes nos odian Tú avergonzaste. En Dios hemos glorificado todo el día, y Tu Nombre para siempre agradeceremos, sela. Incluso cuando nos abandonaste y humillaste, y no salías con nuestros ejércitos. Tú nos hiciste retroceder del adversario, y quienes nos odian pillaron para sí. Nos liberaste cual carnero para ser devorado, y entre las naciones nos esparciste. Vendiste a Tu nación por ninguna fortuna, y no aumentaste su precio. Nos pusiste como desgracia para nuestros vecinos, burla y escarnio para nuestro entorno. Nos pusiste como ejemplo vil entre los pueblos, una causa para que las naciones sacudieran sus cabezas. Todo el día mi humillación está delante de mí, y mi vergüenza me cubre, la voz del calumniador y blasfemo, delante del enemigo y vengador. Todo eso vino sobre nosotros, y, entretanto, no Te olvidamos ni falsificamos Tu pacto. Nuestro corazón no se retiró, ni nuestros pasos se desviaron de Tu camino. Incluso cuando Tú nos afligiste en el lugar de Taním y nos cubriste con la sombra de la muerte, ¿olvidamos el Nombre de nuestro Dios y extendimos nuestras manos a un dios extraño? ¿Acaso Dios no escudriña esto? El conoce los secretos del corazón. Pues por Tu causa somos martirizados todo el día, considerados ovejas para el matadero. ¡Despierta! ¿Por qué pareces dormir, mi Señor? ¡Recuerda! ¡No nos abandones por siempre! ¿Por qué ocultas Tu rostro, ignoras nuestra aflicción y opresión? Pues postrada al polvo está nuestra alma, pegado a la tierra nuestro estómago. ¡Levántate! ¡Sé nuestra ayuda, y redímenos en aras de Tu benevolencia!

Tehilim 45
Para el Director del Coro, sobre Shoshaním, por los hijos de Kóraj, un Maskíl, un canto de afecto: Mi corazón está agitado con un buen tema, Digo: "Mis trabajos son propios de un rey, mi lengua es la pluma de un hábil escriba". Tú eres bello, más que otros hombres, el encanto se derrama sobre tus labios; por lo tanto, Dios te bendecirá para la eternidad. Ciñe tu espada sobre tu muslo, poderoso, tu majestad y tu esplendor. Y ése es tu esplendor: ten éxito, cabalga en verdad y justa humanidad. Que esto te guíe a temibles acciones con tu diestra. Tus flechas son afiladas, naciones caen bajo ti, en el corazón de los adversarios del rey. Tu trono, juez, es por siempre jamás. El cetro de la equidad es el cetro de tu reino. Tú amas la integridad y odias la perversidad; por eso Dios, tu Dios, te ungió con aceite de alegría por encima de tus pares. Mirra, áloes y casia son todas tus vestimentas, más fino que palacios de marfil será el Mío que te agradará. Hijas del rey te visitan, erecta está la reina a tu derecha en joyas de oro de Ofir. Oye, doncella, mira e inclina tu oído, olvida a tu pueblo y a la casa de tu padre. Entonces el Rey deseará tu belleza, pues El es tu Señor. Prostérnate a El. Como para la hija de Tiro, con homenaje buscarán tu presencia los más ricos de la nación. Toda la gloria de la princesa está con ella interiormente, de engarces de oro es su atuendo. En prendas bordadas es llevada al rey. Las vírgenes en su cortejo son sus compañeras, son conducidas a ti. Ellas son llevadas con alegría y júbilo, entran al palacio del Rey. Sucediendo a tus padres, están tus hijos. Los nominarás como líderes por todo el país. Conmemoraré Tu Nombre por todas las generaciones. Por lo tanto, las naciones Te reconocerán por siempre jamás.

Tehilim 150
Alabad a Dios. Alabad a Dios en Su santidad, alabadlo en el firmamento de Su poder. Alabadlo por Sus poderosos actos; alabadlo conforme a Su abundante grandeza. Alabadlo con el son del shofar; alabadlo con arpa y lira. Alabadlo con pandero y danza; alabadlo con instrumentos de cuerda y flauta. Alabadlo con platillos resonantes; alabadlo con platillos altisonantes. Que todo ser que tiene alma alabe a Dios. Alabad a Dios.