miércoles, 24 de octubre de 2018

Rajel

Rajel
 
Rabino Itzjak Ginsburgh

11 de Jeshvan, Iortzait de nuestra matriarca Rajel por el Rabino Itzjak Ginsburgh

Rajel es la matriarca espiritual del Pueblo Judío que fue esparcido por el mundo.
Rajel personifica el clamor por el retorno espiritual y físico de todos los judíos.
Rajel es la que rehúsa ser reconfortada hasta que se concrete el retorno de sus hijos (ver Jeremias 31:14)
El 22 de Jeshvan ha sido declarado el “Día Internacional de la Unidad de la Mujer Judía”.
A continuación ofrecemos una profunda explicación del simbolismo relacionado con Rajel Imenu.


Nuestra matriarca Rajel, la esposa amada de Iacov, personifica para el pueblo judío el poder innato del alma y su devoción consciente del despertar la misericordia de Di-s para redimir a Sus hijos del exilio y traerlos a la tierra prometida. Esto lo hace con lágrimas y plegaria sincera.
En las Palabras del profeta Jeremías:

Así dice Di-s:
“Una voz es oída en Rama, lamentación y amargo llanto; Rajel llora por sus hijos, se niega a ser reconfortada, por sus hijos, que no están.”
Así dice Di-s:
“Guarda tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque hay recompensa por tu esfuerzo, dice Di-s; y ellos volverán de la tierra del enemigo. Y hay esperanza para tu futuro, dice Di-s, y los hijos volverán a su frontera.”

Recitamos esta profecía como la Haftara del segundo día de Rosh HaShana.
Rosh HaShana, el “día de recordación”, es el día en que Rajel, después de haber sido estéril por muchos años, fue recordada por Di-s para tener un hijo.
Treinta años después, en el mismo día de Rosh HaShana, su hijo Iosef fue liberado de la prisión y nombrado virrey de Egipto.

La frase “por sus hijos, que no está
”, sobre el que Rajel llora en la profecía se refiere a Iosef es particular, el representante espiritual de las tribus exiliadas de Israel.
En cabala, aprendemos que los doce meses del año judío tienen dos cabezas meses “padres”: el mes de Nisan es el “padre” de todos los meses del año, mientras que Tishrei es la madre.
El shofar de Rosh HaShana simboliza en cabala el útero materno, y su tronar el nacimiento de un nuevo (bendito) año.
El valor numérico de Rosh HaShana, 861 equivale a la suma de todos los números del 1 al 41(denominado matemáticamente el “triangulo” de 41), siendo el numero 41 el valor numérico de la palabra em (“madre”). Este es también el valor de Beit HaMikdash (“el Templo Sagrado”), que, para la mujer, la madre simboliza la casa y construir un santuario sagrado para su familia.

Antes de hacer sonar el shofar en Rosh HaShana, meditamos sobre el nombre de Di-s de 22 letras, cuyo valor numérico es 1681, el cuadrado de 41. Este es el Nombre que esta codificado en la bendición sacerdotal, la fuente de toda bendición para un año bueno y dulce. (Por eso es fundamental presenciarla o recibirla vía web desde la diáspora)

El Iortzait (aniversario) de nuestra matriarca Rajel cae el 11 de Jeshvan, el mes siguiente a Tishrei, y como este siempre posee 30 días, esta fecha es el día 41 desde el comienzo del año, por esto es eliom haem (día anual de la madre).
Este periodo completo de cuarenta y un días puede entonces ser entendido como una continuación y extensión del servicio espiritual de Rosh HaShana (que es la suma del 1 al 41 como ya dijimos). El iortzait de Rajel consuma el nacimiento (desde el útero de madre) del año (en este mismo día da a luz a su segundo hijo, Biniamin, y devolvió su alma al Creador en el parto).

Nos enseñan nuestros sabios que “los portales de las lágrimas nunca se cierran”; en la plegaria de la medianoche, conocida como tikún Rajel (“la rectificación de Rajel”), reflexionamos que el nombre “Rajel” equivale a 238, que es igual a 2 x 119, siendo 119 el valor numérico de la palabra dima (“lagrima”).
Así, nuestra madre Rajel personifica las dos lágrimas “cósmicas” de la Shejina (la presencia inminente y revelada de Di-s en nuestro mundo), que brota de sus ojos y despierta la misericordia sobre el pueblo de Israel.

Estas dos lágrimas corresponden a los dos días de Rosh HaShana (la Haftara de Rajel se lee en el segundo día, cuando ambas lagrimas ya han sido derramadas).
La palabra “lagrima”, 119, equivale numéricamente a la palabra meat (“pequeño” o “poco”).
Di-s prometió al pueblo judío que va a expulsar a nuestros enemigos de nuestra tierra, que vamos a heredar y asentarnos, “poco a poco” (meat meat).

A pesar de que la Torá declara explícitamente que esto significa “no en un año…”, el proceso puede acelerarse seguramente, dependiendo de nuestros méritos.
El proceso que condujo a la redención de Iosef, el hijo de Rajel, no tomo un año sino dos, y cada uno de ellos pueden verse como correspondiendo a una de las lágrimas de Rajel.
Además, la frase “poco a poco” en si alude al servicio espiritual que ayuda a acelerar nuestra redención y heredar nuestra tierra.

Según la amplitud en que el alma judía (como pueblo, los hijos de Rajel) reconocen su existencia “pequeñez”, su anulación al enfrentar a Di-s y recibir Su bendición, entonces Di-s contestará rápidamente nuestras plegarias y nos reunirá con nuestra tierra natal, para cumplir nuestro destino y Su propósito en la creación. Y de esta manera encontramos que Di-s nos ama y nos elige porque “tú eres la más pequeña (meat) de todas las naciones”, que nuestros sabios interpretan como: “ustedes se consideran pequeños”.

Aprendemos también en jasidut [Igueret HaKodesh 21, al final] que, a través de repetidos actos de caridad, la Shejiná (personificada por Rajel) “nos sacude el polvo del exilio” meat meat, y nos eleva a su completa estatura espiritual.
La palabra “sacudir” (mitnaer) puede leerse como “ser rejuvenecido” (la raiz naar significa “joven” y la forma gramatical reflexiva mitnaer significa “volverse joven nuevamente”). Al derramar dos lágrimas y experimentar pequeñez espiritual, uno rejuvenece su vida personal y la de su pueblo.

Encontramos en el Zohar: “Aquel que es pequeño es [verdaderamente] grande”. Cuanto más pequeños somos a nuestros ojos, más grande aparecemos a los ojos de Di-s (y de hecho, a los ojos de las otras naciones).
Cada lágrima de nuestra madre Rajel alimenta en la conciencia de sus hijos el sentido de meat.
Alimenta nuestra conciencia con sus lágrimas y nos lava, limpiándonos de nuestras imperfecciones espirituales.
La palabra “madre” (em) se escribe igual que “si” (im). El profeta Isaias dice:
“Si (im) Di-s ha lavado la suciedad de las hijas de Zion…”, implicando que es el principio “madre” (personificado por nuestra matriarca Rajel, que en particular es conocida en cabala como “la madre inferior”, la sefira de maljut, cuyo Nombre Divino es Adnut, el Nombre de Di-s que aparece en el versículo) que lava y limpia suciedad de las hijas de Zion, las almas de sus hijos.

Podemos ahora visualizar a una de las dos lágrimas de Rajel como nutriendo nuestra conciencia desde adentro, y la segunda lavando nuestras almas desde afuera.
Cada una corresponde a un estado de pequeñez, la primera al estado de mi pequeñez existencial innata frente al infinito Todopoderoso, y el segundo en reconocimiento de mi distanciamiento de El (el por demás alejado, el más pequeño) debido a mis propias iniquidades.
Cuando este estado completo y rectificado de conciencia y reconocimiento es integrado dentro de nuestras almas, la palabra meat se invierte para transformarse en en taam (“sabor”), el buen “sabor” de los secretos de la Torá, que van a ser revelados por el Mashiaj, sea Su  voluntad que venga y nos redima pronto en nuestros días.
¡¡Amen!!