martes, 13 de junio de 2017

UNA SOLA RAIZ

UNA SOLA RAIZ Un joven que hace parte del ejército estaba con sus compañeros, cuando de repente su celular comienza a sonar, él contesta y de inmediato comienza a llorar, sus amigos preocupados le preguntan: “¿Qué pasó?, ¿por qué lloras?”, a lo que el joven responde: “Me acaban de avisar que mis padres fallecieron”. El joven desconsolado lloró durante media hora, cuando recibe otra llamada, contesta y de nuevo vuelve a llorar. Sus amigos ahora más preocupados le preguntan: “¿Qué pasó?, ¿ahora por qué lloras?”, y el joven responde: “No puedo creer cómo llegan las noticias de esta forma, me acaba de decir mi hermano que sus padres también fallecieron.” Cuando una persona no entiende que la raíz del problema es una sola, puede llegar a sufrir dos, tres o más veces por el mismo motivo. Un ejemplo sería: un señor tiene dolor de cabeza, dolor en la barriga y no tiene dinero, podría ser que el problema es que el señor come mucho, por eso le duele la barriga, el dinero no le alcanza porque se lo gasta todo en comida y la cabeza le duele de tanto pensar que no tiene dinero. En la Parashá que leeremos mañana “Beha’aloteja” se lee acerca de los reclamos del pueblo de Israel, quienes no dejaban de quejarse y pedir carne, agua y toda clase de alimentos. Moshe presenta estas quejas y peticiones a D-os y Él le contesta que debe juntar 70 ancianos que les enseñen Torá, la pregunta es, si Moshe pidió alimento para el pueblo, ¿por qué D-os contesta con reunir a los ancianos?, el pueblo no quiere comer ancianos. También vemos que Moshe duda de la palabra de D-os, ya que él piensa que ni con toda la carne del mundo va alcanzar a saciar al pueblo de Israel. ¿Cómo es posible que Moshe dude de D-os si es todo poderoso? Para responder esto, debemos prestar atención a la siguiente historia. Un campesino se comprometió con la hija del rey, así que para sellar este compromiso el campesino fue a buscar un regalo para ella, el campesino llega al palacio con toda clase de verduras, pero la princesa las tira, así que el campesino se fue y regresa con una variedad de frutas para ella, pero ella tampoco las quiere y también las desecha, el campesino hace un último intento y le trae a la princesa nueces y toda clase de frutos secos, pero igual que con las demás cosas, ella las tira. Entonces el campesino asombrado le pregunta a un señor: “¿Cómo es posible que todo lo que le regalo lo tira?, ¿qué es lo que pasa?”, a lo que el señor le responde: “Te estás olvidando que ella es la hija del rey, debes traerle oro, diamantes y joyas para que esté feliz.” Con esta historia vamos a comparar nuestra alma con la princesa y nuestro cuerpo con el campesino. El cuerpo necesita de frutas, verduras y toda clase placeres materiales para satisfacerse, porque cree que es lo que necesita para estar bien, pero no se da cuenta que el origen de los deseos es el alma y el alma necesita de las enseñanzas de la Torá, de las cosas espirituales para estar satisfecha, para sentirse bien y plena. Y por eso comparamos las enseñanzas de la Torá con el oro, los diamantes y las joyas, porque así de valiosas son estas enseñanzas. Es por eso que D-os le dice a Moshe que reúna 70 ancianos que le enseñen Torá al pueblo de Israel porque Él sabe que el pueblo pide alimentos para satisfacer sus necesidades, pero también sabe que para lograr que esté totalmente satisfecho debe saciar al alma del pueblo y así estarán mejor. Es por esto que Moshe dudó y dijo que ni siquiera con toda la carne del mundo saciaría al pueblo de Israel, porque cuando no tratamos la raíz del problema es imposible acabarlo. Esto no lo debemos ver solo reflejado en el pueblo de Israel, sino también en nuestros hogares, cuando nuestros hijos o esposas pidan cosas materiales una y otra vez y sientan que no satisfacen sus necesidades, es muy probable que lo que necesiten sea más atención o algún tipo de necesidad espiritual. No todo debe verse traducido en lo material, siempre debemos tratar de solucionar el problema de raíz para estar mejor y sentirnos bien con nuestros seres queridos y en nuestros hogares. Que sea la voluntad de D-os que esta semana que leemos sobre la luz del candelabro, podamos también encender una luz para iluminar nuestro camino para encontrar la solución espiritual a la raíz de nuestros problemas o dificultades. Morah Alegria Batshefa.